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Women Against War – Espanol

WOMEN AGAINST WAR
MuseumsQuartier Wien
 

16 historias de mujeres rusas que han sido y siguen siendo víctimas de la represión política y la violencia estatal por sus opiniones y su activismo.

Desde el ataque a gran escala de Rusia contra Ucrania el 24 de febrero de 2022, miles de mujeres en Rusia se han manifestado en contra de la guerra y del régimen de Putin, poniendo en peligro su propia seguridad. En diferentes regiones, pueblos y ciudades, mujeres de todas las edades, desde estudiantes hasta ancianas, se han reunido y han participado en protestas callejeras, han organizado campañas subversivas para denunciar los crímenes de guerra de Rusia, han repartido folletos contra la guerra y periódicos partisanos impresos por ellas mismas, se han resistido a la movilización y han ayudado a los refugiados y desplazados ucranianos de los territorios ocupados. En respuesta, el Estado ruso llevó a cabo registros domiciliarios, fabricó procesos penales, realizó detenciones y recurrió a la brutalidad y la tortura.

Desde el comienzo de la guerra, el número de mujeres encarceladas por motivos políticos y sometidas a represión política en Rusia ha aumentado enormemente:

en 2024, la proporción de mujeres entre los presos políticos en Rusia alcanzó su nivel más alto en los últimos 14 años: el 27 %.

Desde febrero de 2022, más de 20 000 personas han sido detenidas por expresar opiniones contrarias a la guerra o por participar en actividades contra la guerra.

Según datos de la organización de derechos humanos Memorial, actualmente hay más de 4000 personas encarceladas o en prisión preventiva por motivos políticos en Rusia y en los territorios ucranianos ocupados. Se trata de una estimación conservadora, ya que la cifra real podría ser el doble.

En la actualidad, más de 70 mujeres están reconocidas oficialmente como presas políticas. Según datos de expertos en derechos humanos, más de 260 mujeres están detenidas o en prisión preventiva por motivos políticos; la cifra real podría ascender a 1000 (fuentes: Memorial PZK, OVD-Info).

Esta es la segunda edición de la exposición «Women Against War» (Mujeres contra la guerra), comisariada por Feminist Anti-War Resistance. La primera exposición tuvo lugar en 2023 en París, en un espacio público.

Los retratos han sido creados por artistas feministas de Rusia y Bielorrusia. Muchas de estas artistas también son objeto de represión política debido a su postura antibélica o su activismo. Algunas de ellas deben permanecer en el anonimato, ya que participar en una exposición de este tipo supone un grave riesgo para su seguridad.

Esta exposición se ha realizado con el apoyo del Ministerio Federal de Vivienda, Arte, Cultura, Medios de Comunicación y Deporte de Austria (BMWKMS).

Los textos reflejan exclusivamente las opiniones de las artistas y comisarias que participan en el proyecto.


Apoye a las mujeres encarceladas por motivos políticos en Rusia

La exposición muestra las historias de dieciséis mujeres. Sin embargo, hay miles de mujeres en Rusia con historias similares que necesitan ayuda. Para sobrevivir en una prisión rusa, se necesita apoyo financiero constante para tener acceso a alimentos saludables, atención médica y otros productos esenciales, así como representación legal. Sin este dinero, las condiciones de detención son insoportables. Muchas presas políticas solo pueden contar con la ayuda de personas con ideas afines. Los proyectos rusos de derechos humanos luchan constantemente por recaudar fondos suficientes para apoyar a todas las presas que necesitan ayuda a largo plazo. Incluso la donación más pequeña marca la diferencia: https://memopzk.donorsupport.co/page/female_pzk.

En respuesta a la guerra de agresión rusa, activistas feministas de Rusia fundaron el 25 de febrero de 2022 el movimiento de base Feminist Anti-War Resistance (FAR). FAR comisaria la exposición «Women Against War» para apoyar a las mujeres de Rusia que sufren opresión política y violencia estatal.

 

Acerca de FAR

FAR comenzó como una sala de chat de emergencia, pero desde entonces se ha convertido en una red horizontal formada por docenas de grupos autónomos (o «células») en Rusia y en el extranjero. Nuestro movimiento incluye a personas de diferentes géneros, edades y orígenes, entre ellas personas pertenecientes a grupos marginados que han sufrido diversas formas de violencia y discriminación. Algunos de nosotros hemos tenido que huir de Rusia, mientras que otros se han quedado y continúan con su activismo en la clandestinidad.

Actualmente hay varias células anónimas en Rusia que operan en la clandestinidad. Además, hay más de quince células activas en el extranjero, entre ellas Austria (FAR Viena), que actúan de forma más abierta y pública.

Apoyamos a las mujeres ucranianas y a la población ucraniana en general, así como sus reivindicaciones políticas. Participamos activamente en iniciativas que ayudan a las personas afectadas por la agresión rusa. Abogamos por la retirada total de las tropas rusas del territorio ucraniano y la devolución de todos los territorios ocupados a Ucrania. Creemos que la paz y la justicia a largo plazo no pueden lograrse bajo la ocupación rusa.

Nuestro objetivo es unirnos a la sociedad civil y a activistas de todo el mundo para resistir al régimen de Putin y a sus aliados a nivel mundial, desmontar la propaganda del Kremlin, apoyar al pueblo ucraniano y luchar contra el autoritarismo y el auge de las políticas de extrema derecha. Somos conscientes de que Putin es una de las figuras clave que impulsan el cambio conservador a nivel mundial.

El Gobierno ruso ha calificado a FAR de «agente extranjero» y la ha prohibido como organización «indeseable», lo que hace que participar en nuestro movimiento sea ilegal y aumenta nuestros riesgos. En 2023, FAR recibió el premio internacional «Aachener Friedenspreis» (Premio de la Paz de Aquisgrán).

Nuestros valores y objetivos se recogen en nuestro manifiesto, que se puede consultar en nuestra página web femantiwar.org.
 

Actividades de FAR Viena en Austria

• Nos oponemos a la política de extrema derecha en Austria y a los grupos locales de extrema derecha.

• Observamos, protestamos y condenamos a los aliados de Putin en Austria.

• Nos oponemos a la industria fósil rusa. Rechazamos los negocios con combustibles fósiles y el «business as usual» con el régimen de Putin. Abogamos por la justicia climática.

• Organizamos actos de solidaridad para apoyar al pueblo de Ucrania y a los presos políticos en Rusia.

• Colaboramos con activistas locales y grupos de derechos humanos en Austria.

 

Apoya a FAR Viena

Para poder continuar con nuestro trabajo político, dependemos de donaciones puntuales o mensuales. Incluso las donaciones más pequeñas marcan una gran diferencia y ayudan a mantener nuestro movimiento. ¡Hacemos un llamamiento a la solidaridad y el apoyo internacional!

Haga una donación o conviértase en patrocinador: https://www.patreon.com/FAR_

FAR Viena
 

Comisarios: Lölja Nordic, Feminist Anti-war Resistance, FAR Viena

Artistas: Kristina Akhmadieva, Daria Apakhonchich, artemis, p. b., Dasha Burleshina, Mira Gafar, Alisa Gorshenina, Baba Pasha, Alina Panasenko, Vika Privalova, Maria Rakhmaninova, Alexandra Skochilenko y artistas que desean permanecer en el anonimato.

Diseñadores: HVOII (Anastasiia Shilova), Gala_Gala


Maria Moskalyova

Maria Moskalyova tenía solo 12 años cuando, en 2022, poco después del inicio de la guerra de agresión rusa, hizo un dibujo contra la guerra en la escuela. En él se veían misiles rusos volando hacia Ucrania, junto a una mujer que sostenía a un niño en una mano y con la otra intentaba detener los misiles. La dirección del colegio denunció el dibujo a la policía y, a lo largo del año siguiente, los servicios secretos rusos (FSB) comenzaron a presionar a Maria y a su padre soltero, Aleksei Moskalyov.

El FSB vigiló las redes sociales de Aleksei y encontró varias declaraciones contra la guerra que había publicado. Le impusieron una multa por «desacreditar al ejército ruso» y Maria fue interrogada tres veces por agentes del FSB. Más tarde, la policía registró su apartamento, detuvo a Aleksei y llevó a Maria a un orfanato. Aleksei fue sometido a violencia y tortura durante la redada y mientras estuvo detenido. Esta vez, el tribunal lo acusó de «desprestigiar repetidamente al ejército ruso» y lo puso bajo arresto domiciliario. Con la ayuda de activistas de evacuación, intentó huir y abandonar el país, pero fue capturado en Bielorrusia, devuelto y condenado a un año y diez meses de prisión. La madre de María había abandonado a la familia hacía mucho tiempo y se había negado a cuidar de María, pero tras la indignación pública, accedió a sacar a su hija del orfanato.

Cuando Aleksey cumplió su condena y salió de prisión, él y María pudieron volver a verse por fin. Sin embargo, las autoridades seguían amenazándolos y tuvieron que huir de Rusia. En 2025, María y su padre esperaban visados en el marco del «programa de acogida humanitaria» alemán, pero estos fueron denegados porque Alemania decidió repentinamente suspender el programa para personas de Rusia y Bielorrusia que eran objeto de persecución política. Debido al grave peligro que corren su libertad y su seguridad, no pueden regresar a Rusia.

«El profesor nos encargó dibujar algo para apoyar a nuestro ejército. Mis compañeros empezaron a dibujar cosas como tanques. Yo simplemente dibujé lo que consideraba necesario. ¿Cómo iba a apoyar el asesinato de personas? Dibujé la verdad, porque no se me ocurrió nada más sobre ese tema. Cuando la policía irrumpió en nuestro apartamento, mi padre tuvo que dejar salir a nuestra gata a la calle, porque sabía que se moriría de hambre en el apartamento si lo arrestaban y me llevaban a un centro de acogida. Esa gata era realmente un miembro más de nuestra familia. En el orfanato me aislaron del mundo exterior. No permitieron que me visitaran voluntarios ni activistas. No me dejaron hacer llamadas telefónicas y no me dieron los paquetes que me habían enviado. No sabía dónde estaba mi padre, qué le había pasado ni si alguna vez saldría en libertad».

 

Obra de arte de un artista anónimo.


Alexandra Kaluzhskikh

Alexandra es feminista, artista y activista queer de Moscú. Elle fue detenide después de la gran manifestación contra la guerra en Moscú el 6 de marzo de 2022 y llevade a la comisaría de Brateyevo, donde tuvo que sufrir violencia.

Alexandra logró grabar en secreto un archivo de audio con las amenazas e insultos a los que elle fue sometide mientras un agente de policía le golpeaba y torturaba, y lo envió a periodistas independientes.

La grabación de audio se difundió por Internet en Rusia y en todo el mundo. Las mujeres que habían sido torturadas en la misma comisaría se unieron posteriormente a Alexandra, realizaron sus propias investigaciones independientes y finalmente pudieron identificar a sus torturadores.

La BBC publicó los resultados de la investigación. Los agentes de policía responsables nunca fueron castigados. En marzo de 2023, la UE impuso sanciones contra dos policías que participaron en las torturas y que habían sido identificados por Alexandra y otras personas: el teniente coronel Alexander Fedorinov y el agente Ivan Ryabov. En abril de 2023, sin embargo, la Fiscalía General de Rusia anunció que no había encontrado motivos para una investigación penal sobre las torturas.

“En un mundo ideal y utópico, que quizás nunca llegue —aunque sigo esperando que sí—, desearía que la persona que me torturó abriera los ojos y comprendiera lo que está pasando; que se diera cuenta de que forma parte de ese sistema; y que la verdad está de mi lado, no del suyo ni del de Putin.

Quiero que sienta remordimiento por lo que hizo. Quiero que trabaje en sí misme. Necesitamos instituciones en las que personas como elle puedan trabajar en sí mismas. La policía, como institución en su forma actual, debería ser disuelta, y los recursos que se le asignan deberían destinarse en su lugar a servicios sociales. Esta persona y sus colegas deberían recibir una nueva orientación profesional y encontrar ocupaciones que aporten algo útil y significativo al mundo.

No quiero en absoluto que sean castigades de manera cruel. Solo deseo que en Rusia no existan instituciones represivas, para que no invadamos otros países ni torturemos a nuestres propies ciudadanes.”

 

Obra de arte de Vika Privalova


Parvinakhan Abuzarova

Parvinakhan (Parvina) Abuzarova es una bloguera de Instagram de 33 años y diseñadora de moda para mujeres musulmanas. También es madre de dos hijos y presa política. En 2023, diez policías y agentes de los servicios secretos registraron su apartamento en Kazán, Tartaristán (Rusia), y le comunicaron que se había iniciado un proceso penal contra ella. Fue puesta bajo arresto domiciliario y posteriormente condenada a tres años de prisión por «incitación pública a cometer actos que ponen en peligro la seguridad del Estado», ya que en sus publicaciones en las redes sociales había instado a los soldados rusos a desertar.

Los hijos de Parvinakhan tenían cuatro y ocho años cuando su madre fue detenida. Ella sospechaba que su exmarido, que estaba en contacto con las autoridades locales, podría haber iniciado la presión política contra ella. Parvinakhan afirmó que, durante el interrogatorio, la policía la amenazó con seis años de prisión. En el juicio, se negó inicialmente a declararse culpable y, en su lugar, exigió una indemnización por los daños que le habían causado durante la redada en su casa y su posterior detención. Aún no está claro qué publicación de Instagram provocó su detención. Poco después, Parvinakhan borró todas las publicaciones relacionadas con la guerra.

 

Con 80 000 seguidores en Instagram, Parvinakhan compartía sus opiniones sobre religión, islam, cultura musulmana, psicología, economía y desarrollo personal, así como imágenes de su vida. Hace años fundó su propia marca de ropa para mujeres musulmanas, Parvini One, y más tarde abrió una escuela de lengua árabe para mujeres. Parvinakhan se interesa por los deportes y las artes marciales desde su infancia. Ha ganado varios campeonatos de karate Kyokushin en Tartaristán. También le gusta escribir poesía.

Desde su detención, ha habido poca información pública sobre Parvinakhan. Se espera que cumpla su condena en febrero de 2026 y sea puesta en libertad.

«No se puede llevar una vida plena y feliz si se intenta vivir la vida de otra persona. Porque solo tienes una vida: la tuya. Es un regalo de Dios. Debes anteponer tus intereses y a ti mismo. Debes tomar decisiones independientes. Sobre todo, no debes tener miedo a tomar decisiones. Esto incluye decisiones en las que te arriesgas a quedarte solo, sin dinero y sin un techo bajo el que vivir. No debes tener miedo. Porque el miedo solo te limita como persona».

 

Obra de arte de Mira Gafar


Nadin Geisler

En junio de 2025, Nadin Geisler, una activista de 30 años, fue condenada por un tribunal militar ruso a 22 años de prisión por «alta traición y apoyo al terrorismo». Se trata de una de las penas de prisión más largas jamás impuestas a una mujer por motivos políticos en Rusia. En 2022, Nadin fundó un grupo de voluntarios llamado «Army of Beauties» (Ejército de Bellezas) en su ciudad natal, Belgorod. El grupo recaudó fondos y proporcionó alimentos, medicamentos y otra ayuda humanitaria a la población ucraniana que sufría bajo la ocupación rusa, además de ayudar a los refugiados a evacuar la zona de guerra. Poco después, recibió amenazas por su activismo, tras lo cual huyó a Georgia durante un año. Sin embargo, en febrero de 2024 regresó a Rusia y fue detenida.

El motivo de su detención fue una publicación en Instagram desde una cuenta falsa en la que se pedían donaciones para el ejército ucraniano. Nadin negó cualquier implicación en dicha cuenta. Antes del juicio, los servicios secretos rusos presionaron a los periodistas de Belgorod para que no informaran sobre el caso. Se desconocen muchos detalles del juicio, ya que se celebró a puerta cerrada. En agosto, los representantes legales de Nadin informaron de que su estado de salud estaba empeorando: tenía problemas de presión arterial, cardíacos y de visión, y no recibía la atención médica adecuada. La administración penitenciaria prohibió a Nadin recibir libros y confiscó todos sus cosméticos. No se le permitió salir al patio. El tribunal militar ruso también prohibió a los padres de Nadin visitarla en la cárcel.

«Se pueden falsificar pruebas. Se puede intimidar a las personas e inventar testigos. Pero no se puede destruir la verdad: decenas de miles de personas han recibido nuestra ayuda y millones más han sido testigos de ello. He luchado de todas las formas posibles e imposibles por cada vida humana. Me he permitido el lujo de tener una opinión personal y de expresarla públicamente. He dicho la verdad que ellos querían ocultar. Pero no soy ni una criminal ni una asesina, y no tengo sangre en las manos. Aun así, me han condenado a 27 años de cárcel. Mi objetivo no es ser libre, sino seguir siendo humana».

Obra de Alexandra Skochilenko, artista, música y antigua presa política, que se convirtió en una de las figuras centrales de la primera exposición «Women Against War» (Mujeres contra la guerra) mientras aún estaba detenida por haber sustituido las etiquetas de los precios en los supermercados por mensajes contra la guerra. En agosto de 2024, Alexandra fue una de las pocas presas políticas rusas liberadas en el marco del famoso intercambio de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos. Alexandra vive hoy en el exilio y se ha unido a la exposición como artista.


Tatiana Laletina

Tatiana es una estudiante y artista de 22 años de la ciudad siberiana de Tomsk que ha sido condenada a nueve años de prisión por donar 30 dólares a Ucrania. El primer día de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, en febrero de 2022, Tatiana donó diez dólares a un fondo ucraniano. Después de que en abril de 2022 aparecieran informes sobre crímenes de guerra cometidos por soldados rusos en Bucha, donó otros 20 dólares.

Dos años más tarde, la policía registró su apartamento, accedió a su teléfono inteligente y obtuvo acceso a un chat con la mejor amiga de Tatiana, que vive en Dnipro, Ucrania. Tatiana fue acusada de «alta traición» por «apoyar financieramente a un Estado extranjero en actividades contra la seguridad de la Federación Rusa» y condenada a nueve años de prisión. Su juicio se celebró a puerta cerrada, lo que viola el principio de transparencia del sistema judicial y los derechos de Tatiana.

Los detalles del caso de Tatiana fueron dados a conocer al público por Ksenia Fadeeva, otra presa política y compañera de Alexei Navalny. Ksenia conoció a Tatiana por casualidad en una celda de la prisión y posteriormente compartió su historia con la prensa y las ONG de derechos humanos. El caso de Tatiana pone de manifiesto que en Rusia hay muchas personas encarceladas por motivos políticos, pero que el público desconoce su situación. Por esta razón, las organizaciones de derechos humanos en Rusia insisten en que el número real de presos políticos en Rusia es mucho mayor de lo que se cree actualmente. En la cárcel, Tatiana mantiene una activa correspondencia y realiza dibujos de estilo anime.

«Volví a mi celda y sentí una alegría abrumadora: ¡solo nueve años!* Mis compañeras de celda me miraron y me dijeron que lo más importante era que yo fuera feliz. Sin embargo, nueve años es mucho tiempo. Mi historia se ha convertido en algo cotidiano en la realidad actual. Mis monólogos y mis dibujos son como un monumento a esta época. Quiero conservarlo todo para que, cuando este horror haya terminado, pueda volver a leer mis pensamientos y revivir mis recuerdos».

*En Rusia, la alta traición es un delito castigado con penas de entre 12 y 20 años de prisión.

 

Obra de arte de artemis


Lyubov Lizunova

Lyubov es una anarquista y antifascista de Chita, en la región de Transbaikalia (Krai de Zabaykalsky), en Rusia, que fue condenada a tres años y medio de prisión. En 2022, ella y su amigo Alexander Snezhkov (también conocido como Snezhok) fueron detenidos y acusados de «incitación al extremismo» por crear grafitis contra la guerra con el lema «Muerte al régimen» (Muerte al régimen) y por administrar canales de Telegram en los que se publicaba información sobre protestas contra la guerra y acciones de guerrilla. En ese momento solo tenía 16 años y cursaba el noveno curso de secundaria.

Más tarde, ambos fueron incluidos en la lista de terroristas de las autoridades rusas. Lyubov tuvo que terminar el instituto en un centro penitenciario juvenil, donde aprobó sus exámenes finales con las mejores notas. En el verano de 2025 fue trasladada a una prisión para adultos. En sus cartas desde la cárcel, Lyubov escribe que pasa su tiempo libre leyendo y escribiendo, y que intenta mantener la esperanza a pesar de todo.

«Hoy decido seguir mis principios, la razón y el amor. Hoy decido ver el cielo detrás de los barrotes de la prisión. Hoy decido comprender y aceptar a las personas que me rodean. Hoy decido no tener miedo. Mañana, el mundo me recibirá con calidez y la «gran vida» me animará a aferrarme a mi sueño incumplido. Doy las gracias a todos los que, como yo, eligen la luz. Ha merecido la pena; sé con certeza que no todo ha sido en vano. Estoy seguro de que Snezhok piensa lo mismo. Ninguno de nosotros se desviará jamás del camino ni se perderá. Pasado mañana comienza el otoño. Démosle la bienvenida con una sonrisa. Vendrán tiempos difíciles, pero tendremos un fuego ardiendo en nuestro interior que nos mantendrá calientes».

 

Obra de un artista anónimo.


Oksana Baulina

Oksana Baulina, periodista rusa y corresponsal de The Insider, fue asesinada en Ucrania el 23 de marzo de 2022. Murió durante una misión en la que documentaba las consecuencias del bombardeo de un centro comercial en Kiev.

Comenzó su carrera periodística en las ediciones rusas de revistas de moda y estilo de vida como InStyle, Time Out y Glamour. En 2013 se unió al equipo de la «Anti-Corruption Foundation» (ACF; Fundación Anticorrupción) de Alexei Navalny y más tarde se convirtió en redactora jefe del canal de YouTube «Navalny Live». Oksana tuvo que huir de Rusia después de que la ACF fuera prohibida por ser considerada una «organización extremista». En noviembre de 2021 comenzó a trabajar para The Insider.

Tras el inicio de la guerra de agresión rusa, Oksana Baulina informó en varias ocasiones desde Leópolis y Kiev. Su último artículo, «Russia in Captivity» (Rusia en cautiverio), se publicó tras su muerte. En él, entrevistaba a prisioneros de guerra rusos y les preguntaba cómo habían llegado a Ucrania, cómo habían sido capturados y cómo imaginaban su futuro.

«Mis sueños, mi futuro y mi bienestar no me fueron arrebatados ayer ni hoy. Me fueron arrebatados —a mí, a vosotros, a todos nosotros— por las maniobras del Kremlin, las elecciones falsas, las leyes discriminatorias y caníbales, la opacidad y la ilegalidad en los tribunales, las sentencias políticas, la anexión de Crimea, la propaganda al estilo de Goebbels, epidemias de krymnashismo [«Crimea es nuestra», nota del editor]. Por mentiras totales, extremas e interminables. Sin sentido y sin piedad. Espero que al menos una parte de la población comprenda ahora las relaciones de causa y efecto. La fea estructura neofeudal debe derrumbarse. Es una pena que nos entierre a mí o a vosotros bajo sus escombros. Pero, como sabéis, es mejor un final terrible que un terror sin fin».

 

Obra de arte de Daria Apakhonchich.


Olga Nazarenko

Olga Nazarenko era activista, profesora y docente en la Academia Médica Estatal de Ivanovo, Rusia. Desde 2018 participaba en protestas callejeras en apoyo a Ucrania. Tras el estallido de la guerra en 2022, comenzó a protestar cada semana en solitario contra la guerra.

Se iniciaron cinco procedimientos por infracciones administrativas contra Olga, lo que le supuso una elevada multa y horas de servicios sociales. Más tarde, la policía registró su apartamento en varias ocasiones y se iniciaron dos procedimientos penales contra ella: uno por «desprestigiar repetidamente al ejército ruso» y otro por participar repetidamente en protestas callejeras. Como consecuencia, perdió su puesto en la academia. Durante la investigación, se le prohibió salir del país y su caso se clasificó como secreto. Olga fue agredida físicamente en la calle y su buzón fue pintado con insultos por su activismo contra la guerra.

Olga falleció el 20 de octubre de 2023 en el hospital como consecuencia de varias lesiones graves que sufrió en circunstancias inexplicables durante la noche del 6 al 7 de octubre. A pesar de las reiteradas solicitudes, a los representantes legales de Olga se les denegó el acceso a los informes policiales y médicos completos y se les informó de que Olga había sido encontrada tras un «accidente» como consecuencia de una caída desde una gran altura y trasladada al hospital. Los amigos de Olga sospechan que ella podría haber planeado una acción de protesta con motivo del cumpleaños de Putin el 7 de octubre, en la que tal vez quería colgar una pancarta desde un lugar elevado. Sin embargo, dado que Olga había sido víctima de agresiones físicas anteriormente, estaba bajo vigilancia policial y su muerte no se había investigado, sus amigos y su representante legal no descartan que se trate de un acto violento deliberado. Están seguros de que Olga no pudo haber intentado suicidarse.

«Sé que podría tener problemas, pero no tengo miedo. Lo que está sucediendo hoy en Rusia y Ucrania es mucho peor que lo que me pueda pasar a mí. No puedo callarme, porque si no, no podría mirarme a los ojos. Mi infancia coincidió con la perestroika. Cuando surgieron por primera vez los debates y las publicaciones sobre las represiones de Stalin, yo tenía 15 años y no dejaba de preguntarme: ¿por qué todos guardaron silencio? Le pregunté a mi abuelo al respecto y él se sintió muy avergonzado. No quiero que mis nietos me hagan una pregunta similar años más tarde. Más bien, quiero asegurarme de poder responderla».

 

Obra de arte de Maria Rakhmaninova


Elena Osipova

Elena Osipova es una artista y activista de 80 años que participa desde 2002 en protestas y manifestaciones de la oposición en San Petersburgo. Se hizo famosa en la zona por acudir a todas las protestas con grandes carteles de precioso diseño que ella misma dibujaba para cada ocasión. Con el tiempo, la gente empezó a referirse a ella como «la brújula moral de la ciudad».

A lo largo de los años, Elena ha protestado contra la injusticia, la guerra, la corrupción y la violencia estatal. Ha sido arrestada y multada en varias ocasiones por sus acciones callejeras. En algún momento, la policía dejó de llevarla a la comisaría; en su lugar, interrumpía sus protestas alejándola del lugar de la manifestación y luego la dejaba marchar. Elena sospecha que la policía no la detiene debido a su mal estado de salud y porque ha sido testigo de sus protestas durante muchos años. Es extraordinario que una persona participe abiertamente en este tipo de protestas callejeras en Rusia desde 2022 y no sea detenida.

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Elena pinta carteles contra la guerra y protesta sola en las calles de San Petersburgo. Ha sido perseguida y agredida físicamente en varias ocasiones, y personas desconocidas le han arrancado los carteles de las manos.

En 2023, Elena sufrió un derrame cerebral. Tan pronto como se recuperó, salió a la calle el «Día de Rusia» (fiesta nacional en conmemoración de la soberanía estatal) con una pancarta en la que se leía: «Rusia debe recuperarse de una grave enfermedad».

«Seguiré protestando mientras mi físico me lo permita. No sé cuánto tiempo me queda. Quiero informar a quienes no entienden lo que está pasando. Desde que me gradué en la Academia de Bellas Artes, he trabajado toda mi vida como profesora. Quizás esa sea la razón por la que me comprometo. En 2002 dejé de callarme. Mi convicción fundamental es que las cosas más graves y terribles suceden cuando las personas guardan silencio».

 

Obra de arte de p. b.


Evgenia Berkovich

Evgenia (nacida en 1985) es directora de teatro, dramaturga y poeta. En 2023, ella y su colega Svetlana Petriychuk fueron detenidas en Moscú por «justificar el terrorismo» en relación con su obra documental «Finist, el halcón brillante», de 2020. En 2024, fueron condenadas a seis años de prisión cada una.

La obra documental se basa en historias reales de mujeres de Rusia, Kazajistán y Uzbekistán que se trasladaron a Siria para casarse con miembros de grupos armados y posteriormente fueron condenadas por «apoyo al terrorismo». La obra, aclamada por la crítica, ha sido galardonada con varios premios, entre ellos la Máscara de Oro, el premio teatral más prestigioso de Rusia, financiado en parte por el Estado y gestionado por este.

«Finist, el halcón brillante» denuncia los peligros del reclutamiento online por parte del Estado Islámico, condena el terrorismo y sirve de advertencia para quienes podrían verse afectados por él. Sin embargo, en un juicio por motivos políticos contra Evgenia y Svetlana, las autoridades rusas calificaron la obra como una justificación del terrorismo.

Evgenia se ha pronunciado públicamente en contra de la guerra desde que comenzó en Ucrania. En 2022 fue detenida por participar en una protesta callejera contra la guerra y permaneció recluida durante once días. Publicaba regularmente poemas contra la guerra en Facebook, lo que le valió la atención negativa de las autoridades y amenazas de extremistas de derecha rusos.

Durante su encarcelamiento, Evgenia intentó continuar con su trabajo teatral, pero pronto se lo impidió la administración penitenciaria. Evgenia es madre y, cinco años antes de su detención, adoptó a dos niños. Ambos tienen problemas de salud y están traumatizados por la separación prolongada.

«No nos permiten recibir libros y se me prohíbe ejercer mi profesión aquí de cualquier forma. Pero todo eso lo puedo soportar. Sin embargo, no poder comer y dormir adecuadamente y no tener acceso a mis medicamentos podría tener consecuencias realmente graves para mí, y eso es algo que realmente no quiero. ¿No hay enemigos más poderosos del Estado ruso que una anciana de 90 años, dos huérfanos enfermos y dos mujeres en mal estado de salud? ¿No pueden encontrar a otra persona contra la que luchar? ¿No es hora de dejarlo? Algunos de los responsables son funcionarios que deberían tener al menos un mínimo de moral. Les ruego, Señoría, que lo dejen. »

 

Obra de arte de Alisa Gorshenina


Maria Ponomarenko

María (nacida en 1978) es una presa política, activista y periodista de Barnaul, además de madre de dos hijos. En 2023 fue condenada a seis años de prisión por «difundir noticias falsas sobre el ejército ruso» tras publicar un artículo contra la guerra sobre el bombardeo del teatro Drama de Mariúpol, en Ucrania, en el que murieron más de 300 civiles ucranianos. Lleva detenida desde abril de 2022.

En septiembre de 2022, Maria se cortó las venas por primera vez en la celda de castigo para protestar contra la tortura y los castigos infligidos por la administración penitenciaria. Más tarde, su pena fue convertida en arresto domiciliario. Sin embargo, como Maria era maltratada por su marido en casa, huyó a la comisaría de policía y pidió que la devolvieran al centro penitenciario.

Más tarde se abrió un segundo proceso penal contra María, en el que se la acusó de agredir a dos guardias de la prisión cuando la acompañaban a la comisión disciplinaria de la prisión. María se declaró inocente y fue condenada a una pena adicional de prisión de un año y diez meses.

Desde el comienzo de su encarcelamiento, María se había opuesto activamente y denunciado el abuso sistemático de poder, la tortura y la violencia a los que ella y otros presos estaban sometidos por parte del personal penitenciario. Tras sufrir una presión constante, María sufrió una crisis nerviosa en agosto de 2025 e intentó suicidarse en tres ocasiones. Fue ingresada en el hospital y posteriormente trasladada de nuevo al centro penitenciario.

En septiembre de 2025 se inició un tercer proceso penal contra María, pero aún se desconocen los detalles de los cargos. María anima a la gente a escribirle a ella y a otros presos políticos; dice que ese apoyo le ayuda a seguir adelante.

«Podría haber salido en libertad en otoño si me hubiera delatado a mí misma. Una confesión de culpabilidad y la colaboración con las autoridades investigadoras me habrían garantizado una pena suspendida. Por lo tanto, puede ser mucho más fácil salir de la cárcel que huir de uno mismo. ¡Manteneos fuertes! Las dictaduras son más fuertes justo antes de su colapso».

Obra de un artista anónimo.


Svetlana Petriychuk

Svetlana (nacida en 1980) es dramaturga, profesora y directora de teatro y cine. En 2023, ella y su colega Evgenia Berkovich fueron detenidas en Moscú acusadas de justificar el terrorismo en su producción teatral «Finist, el halcón brillante» de 2020. En 2024, ambas fueron condenadas a seis años de prisión.

La obra se basa en historias reales de mujeres de Rusia, Kazajistán y Uzbekistán que se trasladaron a Siria para casarse con miembros de grupos armados y posteriormente fueron condenadas por «apoyo al terrorismo». La obra, aclamada por la crítica, ha sido galardonada con varios premios, entre ellos la Máscara de Oro, el premio teatral más prestigioso de Rusia, financiado en parte por el Estado y gestionado por este.

«Finist, el halcón brillante» revela los peligros del reclutamiento en línea por parte del Estado Islámico, condena el terrorismo y sirve de advertencia para quienes puedan verse afectados por él. Sin embargo, en un juicio por motivos políticos contra Evgenia y Svetlana, las autoridades rusas calificaron la obra como una justificación del terrorismo.

Svetlana cree que su trabajo artístico podría ayudar a las personas a comprender problemas sociales complejos y a prevenir tragedias. Antes de su encarcelamiento, era la principal persona de referencia para sus padres ancianos. Es una hija y esposa dedicada. Desde su detención, su marido es el único responsable de financiar su defensa y mantener a su familia.

Svetlana ha tenido que soportar duras condiciones de detención, entre ellas trabajos forzados de hasta 50 horas semanales.

«Nos condenaron a seis años de prisión por nuestro arte. Soy la primera escritora desde 1965 que ha sido encarcelada por una obra de arte, cuando las condenas aún estaban relacionadas con la distribución. Desde la década de 1930 no ha habido juicios relacionados con obras de teatro. Aquí no se trata ni de la ley ni de la verdad. En este sentido, me resulta más fácil, porque en los últimos 20 meses no he mentido ni una sola vez. Decir la verdad se siente bien y es fácil. Al final, la verdad y la justicia siempre triunfan».

 

Obra de arte de Kristina Akhmadieva


Lyudmila Razumova

Lyudmila (nacida en 1967) es una artista y presa política condenada a siete años de cárcel. Ella y su marido, Alexander, fueron detenidos y acusados de «vandalismo» y «difusión de información falsa sobre el ejército ruso».

Se acusó a la pareja de publicar en las redes sociales mensajes contra la guerra sobre los crímenes de guerra rusos en Ucrania y de pintar grafitis contra la guerra en varios pueblos con lemas como «Paz para Ucrania», «Putin es la guerra» y «¡Abajo Putler!». Lyudmila y Alexander afirmaron que, desde el inicio de la guerra de agresión, para ellos era extremadamente importante difundir información y sensibilizar a la sociedad civil y a las personas de su entorno sobre la guerra y los hechos reales.

Desde el comienzo de su detención, Lyudmila ha sido sometida a presión psicológica y tortura. Ha sido aislada en una celda de castigo en varias ocasiones bajo pretextos falsos. En su celda, ha sufrido la falta de calefacción y las bajas temperaturas, y se le ha obligado a realizar trabajos pesados a pesar de sus dolores de espalda y otros problemas de salud. En 2024, sus condiciones de detención se endurecieron aún más.

En 2025 se inició un segundo proceso penal contra Lyudmila. Ella actuó en defensa propia cuando otra reclusa la atacó, golpeándola y estrangulándola. Sin embargo, al final fue Lyudmila quien fue castigada. Ella cree que todo fue una provocación de la administración de la prisión: pusieron a otra reclusa en su celda para provocar una pelea y poder castigarla después.

Lyudmila sigue dedicando mucho tiempo a dibujar para documentar sus experiencias y lo que tiene que soportar en la cárcel.

«No creo que estos vídeos sean falsos. Cuando veo las imágenes tomadas por drones de Járkov bombardeada, para mí es Járkov bombardeada, y no hay otra interpretación posible. Las causas de esta guerra, sus consecuencias... Lo sé todo al respecto. Y sí, tengo miedo, como mujer, como persona libre y honesta, porque la guerra es lo peor que ha inventado el ser humano».

 

Obra de arte de Alina Panasenko.


Ramilya Galim (Saitova)

Ramilya Galim (Saitova), una presa política de 59 años, activista bashkir y empresaria de Bashkortostán (una república de Rusia), fue condenada a cinco años de prisión. En 2023, la policía y los servicios secretos registraron su apartamento y confiscaron su teléfono, notas escritas y dispositivos electrónicos. Fue acusada de incitación pública a cometer actos «contra la seguridad del Estado» tras publicar un mensaje de vídeo contra la guerra. En el vídeo, Ramilya se dirigía a los hombres que habían sido movilizados en Bashkortostán para el ejército ruso. Les instaba a negarse a participar en la guerra contra Ucrania, a desertar y a «ser valientes y declarar abiertamente que se niegan a matar».

Además de la pena de cinco años de prisión, el tribunal prohibió a Ramilya administrar sitios web durante un período de cuatro años. Más tarde, fue incluida en la lista de terroristas de las autoridades rusas. En 2024, se endurecieron las condiciones de detención de Ramilya. Este cambio se produjo después de que otras dos reclusas la agredieran físicamente. Ella se quejó inmediatamente al funcionario de guardia, pero finalmente la comisión disciplinaria decidió que había infringido la orden y la envió a una celda de castigo durante 15 días. Al salir de la celda de castigo, fue trasladada a una unidad con condiciones más estrictas. Se le prohibió llamar a sus familiares. Las reclusas que agredieron a Ramilya no fueron sancionadas. Los activistas que siguen el caso de Saitova afirman que ella tenía una relación normal con todas las personas del centro y consideran que el incidente fue «una provocación organizada por la administración penitenciaria y, posiblemente, por los servicios secretos».

«Me castigan por tener una opinión diferente sobre cuestiones relacionadas con la guerra y la paz, y sobre si se puede utilizar a la población civil para cometer agresiones militares contra otro país. No me arrepiento ni un segundo de haber publicado mi vídeo. Era consciente de los riesgos; mucha gente me aconsejó que no me pronunciara. Por eso no me considero una víctima de esta situación, sino más bien una prisionera de guerra. Si no hubiera hecho esta declaración, habría perdido mi autoestima. A veces, el silencio significa complicidad. Tuve una oportunidad real de influir en la situación».

 

Obra de arte de un artista anónimo de Bashkortostán, del clan Bashqort Üsärgän.


Maria Bontsler

María es una abogada y activista de derechos humanos de 65 años que se enfrenta a una pena de hasta ocho años de prisión como presa política por «colaboración secreta con otro país en contra de la seguridad de Rusia». En mayo de 2025, la policía registró el apartamento de María, accedió a su teléfono móvil y la detuvo. Al día siguiente, María fue puesta en prisión preventiva. Los expedientes son secretos y los representantes legales de María afirman que las autoridades no han presentado pruebas de su culpabilidad. El enjuiciamiento de María tiene motivaciones políticas y viola su derecho a un juicio justo.

María es desde hace 30 años presidenta del Comité de Madres de Soldados de Rusia en Kaliningrado, que ella misma fundó. Durante las dos guerras de Chechenia, defendió ante los tribunales a los reclutas frente a las autoridades rusas. Además, ha defendido activamente el derecho de los ciudadanos rusos a realizar un servicio civil alternativo. Es conocida por representar a muchos presos políticos y opositores a la guerra en Rusia.

María está sometida a condiciones inhumanas en prisión: se le niega la atención médica adecuada, se le prohíbe recibir paquetes de ayuda desde fuera del centro y solo recibe tres litros de agua potable a la semana. En una ocasión, la dejaron mucho tiempo en el patio de la prisión bajo una lluvia torrencial. María padece enfermedades crónicas graves y su estado de salud se está deteriorando rápidamente. Cada vez que necesita atención médica de urgencia, la esposan durante toda la intervención. María le dijo a su representante legal: «Me están matando».

En octubre de 2025, el hijo de María informó de que los servicios secretos rusos habían intentado chantajearla para que testificara contra un colega. La amenazaron con acusarla de alta traición y condenarla a 15 años de prisión si se negaba. María dijo que nunca lo haría.

«Toda persona que viva en Rusia debe comprender que nuestro futuro es incierto. Habrá más represión. En qué medida, ya lo veremos. No me iré. Alguien tiene que defender a la gente. Cuando comparecí por primera vez ante el tribunal, me di cuenta de lo importante que es tener representación legal. También comprendí la importancia de mi trabajo. ¿Quién más va a defender a la gente? Me quedo aquí».

 

Obra de Dasha Burleshina


Polina Yevtushenko

Polina (nacida en 1998) es traductora de profesión y madre soltera de Tolyatti. Se enfrenta a una pena de 22,5 años de prisión por «alta traición» y otros cinco delitos. Entre los cargos que se le imputan se encuentran «difusión de información falsa sobre el ejército ruso» y «justificación del terrorismo».

Desde el inicio de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, Polina ha publicado numerosas entradas contra la guerra en su pequeña cuenta de Instagram, con 128 seguidores. En solidaridad, pronto comenzó a escribir todas las entradas en ucraniano. Poco antes de su detención, había completado con éxito un programa educativo para jóvenes emprendedores y había obtenido una beca para crear su propia pequeña empresa.

Polina fue detenida en las primeras horas de la mañana de 2023, poco después de dejar a su hija de seis años en la guardería. El proceso penal contra ella no se basó solo en sus publicaciones en Instagram, sino principalmente en el testimonio de un agente encubierto, un desconocido que había conocido a Polina seis meses antes a través de las redes sociales. El hombre, de 36 años, se ganó la confianza de Polina mediante una comunicación regular. Durante sus encuentros, la animó a expresar su opinión sobre la guerra y la política, y le pidió consejo sobre cómo evitar la movilización. Grabó en secreto todas sus conversaciones y entregó las grabaciones al servicio secreto ruso (FSB).

No es la primera vez que ciudadanos rusos se enfrentan a este tipo de provocaciones, que acaban en penas de cárcel. Según informes de ONG de derechos humanos, desde 2022 se han producido docenas de casos similares, la mayoría de los cuales probablemente fueron orquestados desde el principio por los servicios secretos. Siempre comienza con una persona desconocida que se pone en contacto a través de Internet, provoca una discusión política o determinadas acciones directas y luego transmite la información a los servicios secretos y comparece como «testigo» ante los tribunales.

En la cárcel, Polina se enfrenta a duras condiciones. La mantuvieron en régimen de aislamiento durante un tiempo y la encerraron repetidamente en una celda de castigo durante varios días por infracciones menores de las normas. Por ejemplo, la castigaron por no haber apagado a tiempo la televisión de la cárcel. La hija de Polina vive actualmente con sus abuelos.

«¿Por qué lucha la Rusia de Putin? ¿Se trata de liberar a Ucrania de personas que antes no tenían ningún problema con los rusos y Rusia, matándolas? ¿O se trata de expulsar al pueblo ucraniano de su propio país? ¿O se trata simplemente de que «podamos repetir [las victorias anteriores]»? Lo hemos [repetido]. ¡Hemos vuelto a instaurar el fascismo, hemos bombardeado ciudades ucranianas y hemos matado a innumerables civiles y niños!».

 

Obra de Baba Pasha.

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